Las escuelas y los institutos se han convertido de una manera natural en catalizadores de numerosas iniciativas que tratamos en este blog y en el libro: Monedas sociales como el Chiemgauer creado en un instituto alemán, los bancos de intercambio de conocimiento que nacieron en un colegio italiano, el modelo de las "Transition Towns" en un colegio irlandes para adultos... son espacios que pueden convertirse en agentes promotores de innovación y de cambio.
Los bancos de tiempo, por ejemplo, pueden convertirse de hecho en una herramienta muy efectiva para luchar contra el alarmante fracaso y abandono escolar que padecemos actualmente en España (ronda actualmente el 31%), con consecuencias mucho más efectivas en el ámbito de la solidaridad y la educación en valores que otras experiencias más "monetarias" y todavia de carácter experimental como el cheque escolar francés (dar dinero al final del curso a los alumnos con buenos resultados para un viaje colectivo o para cualquier otro gasto que le estimule obtener durante todo el año), o experiencias similares en Estados Unidos donde los alumnos reciben dinero no sólo por sacar buenas notas sino también por buen comportamiento o simplemente por asistir a clase (recomiendo la lectura del articulo publicado en El Pais en fecha 14 de octubre de 2009 con el título de "Chequera contra el fracaso escolar"): como menciono en mi libro, alumnos de escuelas de Chicago (EEUU) ganan créditos de tiempo en sus bancos de tiempo escolares gracias al trabajo de tutoría y de ayuda de alumnos mayores hacia los más pequeños para hacer sus deberes diarios, acción por la que luego pueden adquirir ordenadores reciclados; los alumnos no sólo utilizan el banco de tiempo como una herramienta muy valiosa para la autovaloración personal y la autoestima, sino para obtener también mejores resultados académicos, disminuyendo de forma natural episodios de violencia y de conflictos entre profesores y alumnos que antes eran más habituales. A los padres se les obliga además a involucrarse en el banco colaborando en tareas del colegio, concretamente a través de un programa de formación para tutores, ayudando en las reuniones comunitarias del colegio o en otras tareas, ganando créditos-tiempo para que sus hijos puedan optar más facilmente al ordenador o a otros productos o servicios del banco (videojuegos, libros, etc.).
Hablaremos en breve de experiencias de bancos escolares en España...
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