A propósito del tiempo, España es uno de los países que peor racionaliza y utiliza este recurso tan valioso que desde los bancos de tiempo gestionamos precisamente para la conciliación personal, laboral y familiar de sus socios.
“TIEMPO PARA TODOS” es como se llama el video que os presento a continuación, promovido por la Comisión Nacional para la Racionalización de los horarios españoles (organismo interministerial creado en el año 2006), y que sugiere los cambios que deberíamos introducir en nuestro uso del tiempo para un mejor uso de este recurso tan escaso para unos, tan abundante para otros pero tan mal utilizado la mayoría de las veces: la formula es muy sencilla y es recuperar el “8 x 3”: 8 horas para dormir, 8 horas para trabajar y 8 para vivir, con horarios más racionales para los tiempos de comidas que permitan no pasar demasiadas horas en el trabajo y estar más con nuestras familias o amistades, con un saludable sueño lo suficientemente reparador para ser más eficiente de lo que somos ahora, uno de los países peores en cuanto a eficiencia laboral y de mayor fracaso escolar de los países occidentales, fruto también del desajustado horario de nuestros jóvenes.
Una idea sería la de promover desde nuestros bancos de tiempo y desde nuestras experiencias de monedas locales horarios que hagamos se conviertan en nuevos horarios “sociales” de los que se aprovechen tanto nuestros usuarios como los comercios locales, de manera que se convierta en un horario más racional y conciliador que por ejemplo permita almorzar a las 12 horas para salir pronto del trabajo, o bien cenar a las 20 horas para así poder acostarnos pronto y dormir lo suficiente, horarios que un restaurante o bar pueden permitirse dedicar a todos aquellos que quieran pagar en divisas sociales pues son horarios de poca afluencia de público que bien pueden utilizarse para promover el comercio y la economía local a través de estas prácticas y beneficiar a los socios de nuestro banco o experiencia de moneda, siempre que el comercio también participe activamente y pueda revertir esas divisas sociales de nuevo en moneda oficial o en recursos que necesite para su funcionamiento (verduras de un huerto urbano, trabajadores voluntarios que acepten la divisa social como pago, como jóvenes en paro o estudiantes que quieran aprender ...); solo falta que las empresas cercanas se comprometan también con este juego y paguen a sus empleados en divisa social toda hora extra que tengan que hacer y que no se remunere habitualmente, o que podamos algún día poder pagar una renta básica en divisa social a colectivos que requieran de recursos que no puedan obtener por otra vía (de esta tema ya hablaremos en un próximo post, Renta Básica en moneda social). El modelo “SOL” francés que expliqué en un post anterior de fecha 24/11/2009 puede ser un modelo del alcance que puede llegar a alcanzar estas sinergias entre divisa social, comercios locales, ongs y clientes particulares. En fin, la imaginación al poder. Espero vuestras críticas, sugerencias e ideas.
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