Uno de los lugares más singulares donde puede funcionar un banco de tiempo y con éxito es en una prisión, como así sucede en el Reino Unido.
El más conocido de estos bancos o el que mayor impacto mediático ha podido tener en este país es el banco de tiempo de la Prisión de Gloucester, ciudad del suroeste de Inglaterra de unos 100.000 habitantes, banco creado en el año 2005 y visitado en el año 2008 por el primer ministro de entonces para conocer in situ esta experiencia y promocionar este modelo para el resto de prisiones inglesas; este banco posee dentro de la prisión un taller de reparación de bicicletas donde los presos pueden no sólo aprender un oficio sino también donar las bicicletas reparadas al tercer mundo o simplemente reparar las que les traen los miembros de la comunidad circundante de la prisión, comunidad que también colabora en este banco de tiempo y que les posibilita tener un nexo de contacto más con el exterior, aparte de la familia que en ocasiones no vive cerca o cuyos contactos pueden ser más esporádicos o incluso nulos.
Gracias a estos bancos, los propios presos se sienten miembros de una comunidad más amplia y adquieren un sentido de responsabilidad social que difícilmente podrían adquirir aislados en la prisión, convirtiéndose incluso en una forma de retornar a la sociedad un beneficio que la compense moralmente y que beneficie también material y psicológicamente al preso.
El tiempo que en su pequeño taller de la Prisión de Gloucester invierten los presos en reparar las bicicletas, es contabilizado escrupulosamente y donado íntegramente al banco de tiempo, que lo reparte a aquellos socios que más apuros tienen para obtenerlos o para proyectos solidarios que requieren pagar a distintos socios para realizarlos. En otras prisiones con bancos de tiempo pueden incluso quedarse los presos con sus horas para cuando salgan de prisión tenerlas disponibles o bien dárselas a otro compañero que las necesite, o bien cederlas a cuentas de sus familias para poder ayudarlas en sus bancos de tiempo y obtener así servicios gracias a su trabajo en prisión. Incluso se han intercambiado servicios dentro de la prisión con ayuda del exterior, por ejemplo cuando un compañero ha filmado a otro para mandar a su familia un video con un mensaje especial. Incluso algunos miembros de los bancos de tiempo circundantes han visitado a presos para conocerles y compartir con ellos tanto compañía – que es un servicio – como amistad que es gratuita y por añadidura en cualquier banco de tiempo….
Ahora habrá más de 20 iniciativas a lo largo de todo el Reino Unido (Inglaterra, Escocia y Gales) de bancos de tiempo en prisiones. ¿Podremos ver en breve alguna experiencia similar en nuestro país?
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